Descripción
Realmente, el aspecto de esta raza no se corresponde en absoluto con su carácter. Su apariencia fuerte y malhumorada no puede disimular su personalidad simpática y sociable. Cuando se encuentra rodeado de gente, este perro robusto se muestra incluso delicado y sensible. Si su dueño le habla con tono fuerte, puede reaccionar con demasiada sensibilidad y, en consecuencia, puede comportarse de manera muy terca. Aunque el bulldog inglés, o english bulldog, es un perro muy afectuoso que siente gran cariño por los humanos, tiene también su lado testarudo. Si se le dan órdenes demasiado autoritarias o sin sentido aparente para él, sencillamente las ignorará. Hay quienes afirman que se los adiestra mejor si se tiene en cuenta que consideran que no hay nada que merezca obediencia incondicional. Una vez que se ha conseguido conquistar el corazón de esta raza y se la ha orientado con una educación consecuente, pero cariñosa, se vuelve fácil de adiestrar, a pesar de su terquedad. Gracias a su carácter bueno y tranquilo, son muy apreciados como perros familiares; se los puede llevar sin problemas a casi cualquier parte, ya sea a cenar fuera a una terraza o a dormir en un hotel. Les gustan los niños, por lo que encajan bien en familias con hijos, aunque es mejor si estos han alcanzado cierta edad, pues puede ocurrir que, al jugar, este perro fuerte y pesado subestime su gran fuerza y choque involuntariamente contra ellos. Sin embargo, a los bulldogs no se les pasa por la cabeza causar alboroto, ya que son tranquilos. A diferencia de los dálmatas o de los border collies, por ejemplo, no sale de ellos el saltar y demostrar que tienen ganas de moverse, de modo que hace falta motivación y persuasión si se los quiere sacar de su cómoda cesta. Una vez que consiguen vencer la pereza, están tan encantados que ya no quieren dejar de jugar. Richard Strebel, famoso pintor canino, cinólogo y criador de bulldog, describió con gran acierto, hace ya más de 100 años, el particular carácter de esta raza:
«El bulldog se caracteriza por ser afable, algo flemático, pero únicamente si no sucede nada que despierte sus pasiones latentes. En ello reside una contradicción manifiesta, que no puede describirse más que como una coexistencia de la pasión y la flema. Cuando brotan sus pasiones, al igual que cuando lo hacen sus deseos, detrás se esconde una inmensa perseverancia».
Quizá sea precisamente esta contradicción la que le otorga al bulldog su carácter inconfundible y amable. Furioso y decidido en apariencia, pero bueno y fiable en su comportamiento. Perezoso y apático, pero a la vez activo y entusiasta cuando algo capta su atención.
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